lunes, 19 de julio de 2010

Huida a las tinieblas, de Arthur Schnitzler


Flucht in die Finsternis . Traducción de D.J. Vogelmann.

Schnitzler nació en Viena en 1862 y murió en la misma ciudad en 1931. Stanley Kubrick basó su última película, Eyes wide shut, en su Relato soñado. Freud lo citaba como una gran referencia.

El libro está salpicado de momentos de gran inspiración literaria: "Poco a poco le invadió una sensación singular. como si el momento que vivía en realidad ya hubiese pasado hacía mucho tiempo, y com osi él mismo, tal como permanecía allí -en el desembarcadero, con el sombrero en la mano y los labios abiertos-, sólo fuese una imagen, una imagen evanescente de sus propios recuerdos." Como queriendo decir: la locura también puede ser brillante, o bien, nadie puede escapar a la locura, o bien, como en algunos puntos se plantea, quién está más loco, ¿yo o ellos?

Es ésta una novela corta en la que el protagonista, Robert, acaba de salir de una clínica de descanso e intenta reincorporarse a la vida cotidiana tras una ausencia de 6 meses. Los acontecimientos recientes -la muerte de su esposa Briggite y el abandono sufrido por su última novia, Alberta- le habían sumido en un desequilibrio emocional que requirió tratamiento. A la vuelta -y tras un comienzo esperanzador puesto en la figura de la joven Paula, a quien conoce en la residencia- nos damos cuenta de que Robert lejos de estar curado puede que esté aún peor de lo que creíamos. No es fácil volver al trabajo y así decide tomarse algunos días más de descanso durante los cuales pasea por la ciudad: "Y sólo entonces Robert, a quien las andanzas por las calles accidentadas y mal pavimentadas del viejo puerto habían fatigado, se tendió sobre su lecho, tratando de hallar en su corazón aquel grato presentimiento que aquella misma mañana le había conmovido durante el paseo, haciéndole sentir casi dichoso." Buscar la dicha acaecida casi involuntariamente, recibida de forma sorprendente, es inútil. Simplemente no reaparecerá.

Aunque a su hermano -y doctor- Otto no le merece confianza como médico, Leinbach es uno de los mejores amigos de Otto, sin embargo habla demasiado, es muy "discursista", hasta la caricatura:"El doctor Leinbach intentó exponer filosóficamente su relación personal con la música. Adjudicaba a este arte un carácter por así decirlo amoral, puesto que él por su parte, bajo el influjo de armoniosos sonidos, se sentía siempre inclinado a absolverse, perentoriamente de todas sus faltas y pecados, los ya cometidos y los venideros." Por cierto, creo que la mejor banda sonora para esta lectura es el Opus 1: Passacaglia, de Anton Webern.

Si bien Robert está convencido de que se recuperará no quiere en nigún caso acabar como una regadera y dependiendo de los demás, es por ello que le firma a su hermano un documento que finalmente le traerá de cabeza:"Robert exigió a su hermano que éste, si algún día, ya fuese el siguiente o en un futuro lejano, descubriese en él los síntomas previos de una enajenación mental, le ayudara sin más a pasar de la vida a la muerte de una manera rápida e indolora, puesto que un médico disponía siempre de ese poder."

Claro, luego empieza a sospechar de su hermano Otto, piensa que está loco y que utilizará el documento para cargárselo. También comienza a pensar que él mismo ha asesinado a su anterior esposa y a su última novia. Más tarde se compromete con Paula, al final está seguro de que su hermano quiere acabar con él, con su locura. Le pide el documento. Éste se lo entregará pero ROoert sabe que Otto guarda una copia y que la usará cuando lo crea oportuno. Ante esta indefensión planea una huída junto a su novia Paula. Inventa una historia relativa al ex de su antigua amante Alberta -o Albertina, no me acuerdo-, y claro, Paula se queda absolutamente horrorizada, más que por el caso de persecución, por los síntomas irrefutables de locura que atacan a su prometido.

En los últimos momentos de desesperación y cuando cree que todo puede salir mal -por dios, es inevitable que todo le salga más a este tipo-, decide lo siguiente: "Se hizo traer unos cuantos pliegos de papel de folio, se sentó al escritorio y, con una firmeza inusual en la expresión, bosquejó sobre el papel, incoluntariamente -puesto que sin querer había comenzado con datos relativos a su nacimiento y a su más temprana infancia-, un resumen de toda su vida hasta la fecha, con frases breves y concisas." Sin duda una de las mayores locuras acometidas por personaje alguna de la literatura universal. Yo mismo, cuando me encuentro un poco inestable me pongo a escribir toda mi vida con frases breves y concisas, es lo mejor.

Es este libro un monólogo interior en tercera persona desde una mente que experimenta un "equilibrado" flirteo con la locura. En él observamos cómo gradualmente el personaje duda de todo, absorbe las más terribles sospechas acerca del entorno, convirtiendo su existencia en una pesadilla de persecuciones -inventadas directamente para ofrecer cierta resistencia a la razón de su novia Paula, o irreales en cualquier caso, desde su cada vez más denostado criterio-. El final no puede ser más que trágico.


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