lunes, 22 de septiembre de 2008

El arca rusa, de Sokurov


Menuda papeleta se le presenta hoy a Kovalski. El arca rusa de Alexander Sokurov es quizás la película más famosa de Sokurov -no obstante, no la busquéis en el video club, ya que seguramente será una búsqueda infructuosa-, y posiblemente sea también la película más extraña de la historia del cine. Producida en 2002 el film pasará a la historia por ser la primera peli de larga duración (95 minutos) rodada en una sola toma sin edición posterior -me río de los 6 minutos del plano final de Sacrificio de Tarkovski. ¿De qué va la peli? buena pregunta. Se trata de un paseo por el museo del Hermitage de San Petersburgo y por la historia de la Rusia zarista, creo, aunque no podría estar seguro. Un hombre llega a la puerta del museo en el momento en que entran unos soldados con unas hermosas jóvenes -la de blanco es para mi, grita uno de ellos- y que parecen asistir a un baile en pleno siglo XIX -¿y esas ropas?-. Este desconocido -que se identifica con la cámara y cuyo rostro nunca vemos- encuentra un aliado en un marqués francés del siglo XVIII, perdido al igual que nuestro protagonista en el espacio y el tiempo. De esta forma comienza un recorrido por las salas del museo -que abarca varios edificios- y en el que vemos a varios personajes históricos como Pedro el Grande, Catalina II la Grande, un tal Mihail (que posiblemente sea el escritor Mihail Bulgakov) con una tal Konstantinovich (que quizás se refiera al director de teatro que estrenara obras de Bulgakov, Constantin Stanislavski), Anastasia (hija del último zar Nicolás II), entre otros. De esta forma la naturaleza de la película es incierta. Quien espere un minucioso panorama histórico se llevará una decepción ya que se trata únicamente de pequeños apuntes sin profundidad ni información suficiente de la Rusia zarista; y quien espere un documental sobre el contenido de las salas del museo también acabará decepcionado igualmente, pues si no recuerdo mal sólo se presta alguna atención a La virgen de las perdices de Van Dyck, a algún Greco (San Pedro y San Pablo), a las tres gracias de Canova y poco más, mencionándose algunas galerías de pasada. En este sentido la peli es más una reflexión sobre el papel de la diplomacia -solucionando el conflicto con el Shad de Persia- y la irrealidad en la que vive la aristocracia -la escena final del baile de casi quince minutos encierra una crítica desgarradora a la alta sociedad y a la esfera militar "de medallitas" y uniformes de feria-, que un documento histórico o artístico. Hay algunos elementos formales en la peli que merecen ser mencionados. Por un lado la impresionante "única toma", pues estamos hablando de un plano secuencia de hora y media que recorre los distintos edificios del museo, incluso saliendo al exterior en algún momento, con multitud de personajes entrando y saliendo en el campo de cámara, y con la labor increíble del actor Sergey Dreiden -con ese aspecto de noble, medio achispado y con gran sensibilidad para con el arte- dando un auténtico recital y que sirve de guía en todo el film. Algunos detalles me hicieron pensar en David Lynch (!): cuando el marqués es expulsado de la galería italiana porque cerraba el museo y el vigilante le sopla mientras le cierra la puerta y el marqués le devuelve el soplido ante la estupefacción del vigilante; o aquella mujer que admira a la Danae de Rembrandt argumentando que ese cuadro significa mucho para ella y escapa danzando cual pirada escapada del frenopático. Una cosa me sorprendió negativamente y es que la tres orquestas que salen tocando -en una representación teatral y en el baile final- tocan en play back -aunque la promoción diga otra cosa. El resultado es pésimo ya que se ve incluso al gran director Valerie Gergiev dirigiendo con gran interés a una orquesta que está tocando algo -no sé qué- que no corresponde con lo que oimos. Teniendo en cuenta el grado de complejidad y de exigencia técnica de la peli me parece desastrosa esta cuestión. El final es un poco enigmático, el marqués decide quedarse en el museo y nuestro protagonista sale a la intemperie gélida: "Es una pena que no quiera venir, estamos destinados a navegar para siempre, a vivir para siempre...". Resumiendo, otra gran película de Sokurov.
Aquí el trailer: Russian Ark: trailer

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