sábado, 12 de abril de 2008

La carretera, de Cormac McCarthy



El horror, el apocalipsis, la desolación, la desesperanza...


"Personas sentadas en la acera al amanecer medio inmoladas humeando en sus prendas de vestir. Como frustrados suicidas sectarios. Otros vendrían a ayudarlos. Antes de transcurrido un año había incendios en las montañas y cánticos delirantes. Los gritos de los asesinados. De día los muertos empalados en estacas a lo largo de la carretera. ¿Qué habían hecho? Él pensaba que en la historia del mundo tal vez incluso había más castigo que crimen pero ese era un magro consuelo."
"Una tierra destripada y erosionada y árida. Huesos de seres muertos desparramados en las aguazadas. Basurales de desperdicios anónimos. En los campos casas de labor con pintura agrietada y las tablas de las paredes ahuecadas y sueltas de sus tachuelas. Todo ello desprovisto de sombras y de características. La carretera descendía a través de una selva de kudzú muerto. Una ciénaga donde las cañas yacían muertas sobre el agua. Más allá de la linde de los campos la mustia bruma flotaba por igual sobre tierra y cielo a media tarde había empezado a nevar y siguieron caminando con la lona encima de ellos y la nieve mojada siseando en el plástico."
"Al día siguiente cruzaron el río por un estrecho puente de hierro y entraron en una antigua ciudad-factoría. Miraron dentro de las casas de madera pero no encontraron nada. Sentado en un porche había un hombre en traje de faena, muerto desde hacía años. Parecía un espantajo puesto allí para anunciar una fiesta. Recorrieron el largo muro oscuro de la fábrica, sus ventanas tapiadas. El fino hollín corría negro precediéndolos por la calle."

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